Antona y el arte de pactar

Asier Antona acaba de aprender por experiencia propia que negociar acuerdos de gobierno con CC es sufrir y, a la postre, fracasar. Esto que en Canarias lo sabe hasta el que asó la manteca, al joven e impulsivo líder del PP canario se le pasó por alto cuando se lanzó a la piscina del pacto con CC al grito de ¡a por mis consejerías!: el batacazo se ha sentido hasta en San Borondón. Sorprende que, antes de su triple salto mortal, Antona no le pidiera consejo a Patricia Hernández o a Julio Cruz sobre cómo afrontar reuniones de horas con José Miguel Barragán y José Miguel Ruano y escuchar una y otra vez aquello de vuelva usted mañana a ver cómo arreglamos lo suyo. Sólo que en esta ocasión Barragán ha hecho de poli malo y se ha dedicado a ponerle pegas a los plazos en los que el PP quería cerrar el acuerdo. Para hacer de poli buena CC eligió a la palmera Guadalupe González Taño, una mujer que después de llevar hablando 10 minutos con ella sigues sin saber si sube o si baja si viene o si va. No me imagino la confusión mental de quien se arriesgue una negociación de horas en la que el mantra que más han tenido que escuchar los populares es que “sigue habiendo margen para el acuerdo” aunque en realidad  “no hemos avanzado en casi nada”.
“La bajada del IGIC ha sido la cortina de humo detrás de la que ocultar el reparto de consejerías”
CC ha aburrido literalmente a un PP cuyo líder, obligado por los compromisos de entrar en el Gobierno adquiridos ante quienes le hicieron presidente del partido, apenas ha podido disimular su ansiedad por tocar poder. En sus manos tenía haber ejercido una oposición dura pero responsable que seguramente le hubiera reportado mejor imagen ante la opinión pública y un mayor rédito electoral. Pero a lo hecho, pecho: Antona tendrá que explicarle ahora a su parroquia – en la que no todo el mundo era partidario de esta aventura – y a la opinión pública canaria por qué ha roto la baraja. Imagino que pondrá el acento en que CC se negó a bajar el IGIC como pedía el PP, aunque esa explicación ni antes ni ahora es del todo creíble. En realidad ha sido más bien una cortina de humo para ocultar que lo que realmente ha imposibilitado el pacto ha sido cuántas y qué consejerías pedía el PP y cuántas y cuáles ofrecía CC.


De haberse producido acuerdo en el reparto de consejerías no me cabe duda de que también lo hubiera habido en el de los impuestos: una bajada gradual con el compromiso de hacerla completa más adelante o rebajas en determinadas actividades habría sido algo que Antona hubiera aceptado sin dificultades. Eso le hubiera servido de coartada para exhibir ante la opinión pública que su entrada en el Gobierno buscaba beneficiar a todos los canarios y no sólo a los que militan en el PP con un generoso reparto de cargos públicos. Antona ha quedado en terreno político de nadie y tendrá que definir ahora el tipo de oposición que hará su partido hasta 2019, aunque con un par de pegas muy serias: por un lado, su capacidad de maniobra está limitada por el peso del voto de Ana Oramas en Madrid; por otro, sus críticas a Clavijo se interpretarán a partir de ahora en clave de rabieta por no haber entrado en el Gobierno.
“Antes de negociar con CC recuerda que son maestros en el arte de marear la perdiz”
Tampoco para CC y el Gobierno en minoría se abre un camino de rosas, aunque los nacionalistas aún confían en que el PP siga siendo el partido serio y responsable que no les genere excesivos dolores de cabeza. Para conseguirlo tendrá que demostrar mucha cintura política y voluntad de diálogo si no quiere que lo que queda de legislatura sea un infierno para el Gobierno y una hoja en blanco para los ciudadanos. Su gran triunfo en estas fracasadas negociaciones con el PP es que resiste en minoría y que sus equilibrios territoriales siguen intactos. Esto último, para un partido de las características de CC, es de un gran valor político interno ya que se evitan incendios insulares que nunca se sabe cómo apagarlos ni cómo terminan. 

De esta amarga experiencia, Antona debería sacar al menos una conclusión básica: en una negociación con CC nunca debes darle la imagen a la otra parte de que te quita el sueño alcanzar el poder porque ese será el principio de tu fracaso. Aunque la lección más importante tendría que ser otra: antes de negociar con CC analiza a fondo los riesgos para tu salud política, lo que ganas y lo que pierdes, y si decides dar el paso ármate de paciencia y recuerda que los nacionalistas son doctores de reconocido prestigio en al refinado arte de marear la perdiz.    

Villar: pitido final

Para Ángel María Villar ha sonado el pitido final de un partido que ha durado casi treinta años. El todavía presidente de la Federación Española de Fútbol ha agotado el tiempo de prórroga – el que va desde el inicio de las sospechas sobre su gestión hasta su arresto hoy por la Guardia Civil – y ya sólo le queda enfrentarse al lanzamiento de penaltis. A la vista de los cargos que pesan sobre él será difícil que no encaje varios tantos: corrupción entre particulares, falsedad, administración desleal, apropiación indebida y posible alzamiento de bienes no son, en principio, disparos fáciles de detener.

Junto a Villar han caído hoy también algunos eternos del fútbol de este país, caso de su vicepresidente económico y máximo responsable de la federación tinerfeña, Juan Padrón. Para él también ha concluido el partido y la prórroga después de décadas en las que más que de Federación de Fútbol habría que hablar de la pareja Villar – Padrón. El primero, jugador de poco mérito en el Athletic Club de Bilbao, fue lanzado a la fama y la presidencia por José María García. En efecto, fue el Butanito quien, en su particular batalla contra Pablo, Pablito, Pablete – Pablo Porta – consiguió hacer de Villar un digno sucesor del “abrazafarolas” con el que García dormía todas las noches a este país. 
“Durante años, hablar de la Federación de Fútbol ha sido hablar de Villar y de Padrón”

Si el abogado barcelonés Pablo Porta arrastraba un oscuro pasado franquista, el gris ex jugador bilbaíno y también abogado por Deusto, Ángel María Villar, ha dejado un reguero de irregularidades y opacidades al que la Justicia le sigue la pista desde hace casi una década. En principio y a expensas de lo que se pueda ir conociendo, la investigación se centra en averiguar cómo se las ha arreglado Villar para permanecer casi tres décadas al frente de la Federación y cuánto dinero del organismo deportivo presuntamente desvío para su propio beneficio y el de su hijo. Respecto a la primera de las líneas de investigación, todo apunta a una maquinaria de compra de votos bien engrasada con subvenciones y prebendas para aquellas federaciones territoriales que rendían vasallaje al señor feudal cuando tocaba volver a elegir presidente.


De ahí que la operación de la Guardia Civil que se inició esta mañana con la detención de Villar continúe a esta hora con registros en las federaciones de fútbol de media España. Mientras se aseguraba de este modo la continuidad en el machito un mandato tras otro, Villar aprovechaba los éxitos del fútbol español en las últimas décadas para organizar partidos amistosos de la selección y otros eventos deportivos cuyos beneficios terminaban en su cuenta o en la de su hijo Gorka. En paralelo hacia desaparecer cuantiosas cantidades de dinero público para proyectos de cooperación deportiva en África o América – véase el “caso Haití – que nunca llegaban a ejecutarse. Se calcula en un millón de euros la cifra que puede haberse embolsado indebidamente practicando el noble oficio de dirigir los destinos del deporte rey.
“Villar ha sido el señor feudal al que las federaciones territoriales han rendido vasallaje
Mención aparte merece su blindaje en puestos de responsabilidad en las organizaciones futbolísticas internacionales como la UEFA o la FIFA, en donde compartió mesa y mantel con personajes como Michel Platini, tan opaco al frente del fútbol europeo como él al frente de fútbol español. Lo ocurrido con Villar indigna más que sorprende. De hecho, su arresto y el de su guardia de hierro con Padrón a la cabeza, era algo que se barajaba hacía tiempo a la vista de las investigaciones sobre él. Pero indigna porque este escándalo se une a los que protagonizan las mediáticas estrellas de este deporte, investigadas por fraudes fiscales millonarios y que deberían ser la vergüenza social del país. En el caso de la Federación Española y la actuación de su presidente, se produce además el agravante de que es la institución de la que dependen miles de chavales y jóvenes aficionados al fútbol para practicar su deporte preferido.

Que el fútbol profesional tiene ya muy poco de verdadero deporte y mucho de gran casino es indudable: a estas alturas pocos se atreven a negarlo por más que se mantenga la ficción de hacer pasar este gran circo mediático por una noble actividad deportiva. Ahora bien, que la podredumbre haya echado también raíces en el organismo encargado de fomentar la cultura y los valores deportivos es una muestra más de que ni siquiera los sueños futbolísticos de miles de jugadores aficionados están a salvo de la corrupción y de la sospecha.    

Venezuela: ¿Y ahora qué?

Recurriendo a sus propios medios y enfrentando la hostilidad del Gobierno de Maduro, la oposición venezolana ha hecho este domingo una innegable demostración de fuerza y movilización. Conseguir a pulso que unos siete millones de venezolanos acudieran al referéndum simbólico sobre la Asamblea Nacional Constituyente con la que Maduro pretende poner el poder legislativo a sus órdenes, es un éxito incontestable. Aún no siendo vinculante el resultado y no contando tampoco con el respaldo de las autoridades electorales del país controladas por el chavismo, que casi el 100% de los participantes haya rechazado los planes de Maduro es un serio aviso para un presidente que, al menos por esta vez y para variar, tuvo incluso el buen gusto democrático de no insultar a sus adversarios. La demostración de fuerza no sólo se ha circunscrito a Venezuela sino a más de qunientas ciudades de un centenar de países en donde quienes lo desearon pudieron expresar su rechazo al chavismo pero también su apoyo.

Lo ocurrido ayer en Venezuela tiene ante todo un enorme valor político: que más de un tercio de los ciudadanos con derecho a voto haya acudido a los centros de votación aún sabiendo que será muy difícil que su opinión sea escuchada, pone de manifiesto el nivel de hartazgo de una parte muy importante de la sociedad venezolana. En circunstancias políticas, económicas y sociales mucho menos dramáticas que las que vive el país desde hacer varios años, lo más probable es que la participación hubiera sido insignificante y que la oposición hubiera salido chasqueada del plebiscito.

“La oposición venezolana ha conseguido una indudable demostración de fuerza frente al chavismo” 

Su reto ahora es administrar ese hartazgo ciudadano para conseguir cambios pacíficos en Venezuela y eso pasa en primer lugar por una verdadera unidad de las fuerzas de la oposición que, a fecha de hoy, no es precisamente muy sólida. Su gran desafío es desatascar una situación “trancada”, como dicen los venezolanos, con Maduro enrocado en su decisión de llamar a las urnas el 30 de este mes para elegir a los integrantes de la Asamblea Nacional Constituyente. Su plan es reescribir la Constitución venezolana a la medida del chavismo y hacerlo por la vía de anular el parlamento salido democráticamente de las urnas de finales de 2015, en el que el régimen ya no goza de mayoría absoluta como ocurría hasta entonces.


Constituiría toda una sorpresa que el presidente venezolano cediera en ese punto y pospusiera o suspendiera unas elecciones constituyentes para las que sí ha mostrado mucha más celeridad que para las regionales que debían haberse celebrado ya y que aún no hay garantías de que se convoquen para finales de este año. Sin embargo, parece evidente que la oposición por sí sola no será capaz de desbloquear la polarización radical en la que se encuentra atascada la política venezolana. En esa tarea tendrá que colaborar la comunidad internacional, empezando por una Organización de Estados Americanos aquejada de una extraña parálisis a pesar de la deriva de los acontecimientos en Venezuela.
“La oposición debería utilizar el resultado del  referéndum como palanca para el diálogo”

El primer objetivo debería ser el cese inmediato de toda violencia y el llamamiento por parte de opositores y de Gobierno a la calma. Arengar a las masas sobre “la defensa con las armas de lo que no se consiga con los votos”, como hizo Maduro hace bien poco, no contribuye precisamente a detener el constante goteo de víctimas mortales en manifestaciones y tiroteos. Mientras, en lugar de continuar “trancando” las ciudades con manifestaciones que de forma casi invariable terminan en enfrentamientos con la policía y con algún muerto más, - ayer murieron otras dos personas -  la oposición debería replantearse si la estrategia de desalojar a Maduro del poder a toda costa está dando los resultados apetecidos. Tres meses y medio después de que se iniciaran las protestas contra el régimen, casi un centenar de personas ha muerto en ellas y Maduro sigue en el mismo sitio y con planes para aferrarse aún más al poder. 

Sé que todo esto es mucho más fácil decirlo o escribirlo que hacerlo. No obstante,  desde fuera se tiene la sensación de que, ni por una ni por otra parte, hay la más mínima voluntad en estos momentos de ni tan siquiera explorar la posibilidad del diálogo y el acuerdo, bien sea de manera directa o a través de la mediación internacional.  Lo cierto es que no hay otra salida de la crisis frente a una situación de atrincheramiento por ambas partes que no conduce a nada bueno para los venezolanos. La lección de participación ciudadana que la oposición le dio ayer a Maduro dentro y fuera de Venezuela debería ser el aval democrático más valioso para ofrecer y exigir el diálogo político que tanto necesita el país.